Cuando se busca el alivio de los dolores de procedencia ósea y muscular. Nos estamos refiriendo a personas que tienen un padecimiento crónico de alguna enfermedad tal como la osteoporosis, u otras de cierta gravedad.
Sin embargo muchos de los dolores que aquejan a las personas pueden también ser producto de una mala higiene postural. También los dolores osteomusculares pueden ser productos de reuma titis o consecuencia de accidentes anteriores que hayan dejado ciertas secuelas en el organismo.
No podemos dejar de mencionar los estragos que algunas enfermedades como el cáncer pueden llegar a repercutir en los pacientes. El cáncer en los huesos y la metástasis, son también causantes de una cantidad de dolores a nivel óseo muscular. Los cuales no pueden nunca pasar por desapercibidos, dada la intensidad los mismos.
¿Cuáles pueden ser las causas más frecuentes de los dolores de procedencia ósea y muscular?
Indudablemente que las causas pueden tener muchas procedencias. Por ello habría que someterse a una gran cantidad de exámenes para poder ir descartando hasta dar con el origen de ciertos dolores de procedencia ósea y muscular.
Para ello, podrás visitar a un fisioterapeuta profesional para que luego del análisis que el mismo de, entonces se proceda de la mejor manera.
Cuando hablamos de dolores músculo esqueléticos, podemos estar frente a un trastorno de origen óseo, de origen articular o de origen muscular. Podríamos referirnos a una lesión en los tendones, en los ligamentos o incluso en las bolsas sinoviales. Por no decir una combinación de estos tres aspectos o al menos de dos de estos.
La mayoría de veces estos dolores de procedencia ósea y muscular pueden proceder de traumatismos anteriores que hayan dejado secuelas. En todo caso los dolores de procedencia muscular, son más frecuentes que los de procedencia ósea.
Casi siempre los dolores de procedencia ósea devienen de fracturas tanto recientes como las de vieja data, las cuales no dejan de pasar factura a lo largo de la vida, sobre todo en las temporadas frías, suelen arreciar este tipo de dolencias.
También el cáncer diseminado o metástasis, es causante de fuertes dolores de procedencia ósea. En estos casos las personas deben someterse a sesiones de radioterapia con carácter de urgencia. Y así poder evitar que se propague aún más y de alguna manera palear el dolor.
La osteomielitis es otra de las posibles causas de dolores en los huesos
La osteomielitis, es una infección en los huesos, pues tal y como sucede con cualquier órgano del cuerpo humano, los huesos también son susceptibles a infecciones. Las infecciones en los huesos generalmente son de origen bacterial. Aunque nunca se puede descartar las infecciones en los huesos causadas por hongos.
Es posible que la infección se origine en la piel y pase progresivamente al hueso por la cercanía de estos. Y sobre todo por descuido de las personas en la pronta asistencia de la infección dérmica o de un diagnóstico temprano con su respectivo tratamiento curativo a nivel dérmico.
Por otra parte las infecciones en los huesos pueden llegar a través de la sangre, ya que de alguna manera, todo lo que la sangre contiene va a parar a los huesos de manera inmediata. Incluyendo los nutrientes, las vitaminas y los minerales. Y por supuesto no se podría excluir cualquier tipo de agente contaminante como los parásitos o las bacterias.
Las personas que se cuentan entre las más propensas a sufrir de cualquier tipo de infecciones en los huesos, son aquellas que padecen de diabetes. Así como también las que han sufrido accidentes con fracturas. Pero no podemos descartar al grupo de personas que padecen de mala circulación.
Para aquellos que valoran la experiencia profesional y un tratamiento cuidadoso, la Clínica de fisioterapia en el barrio de Salamanca de Madrid se destaca como un centro líder en técnicas de rehabilitación y terapias innovadoras, dedicado a mejorar tu calidad de vida.
¿Cuáles son los síntomas de una infección ósea?
Entre los síntomas más comunes de padecer una infección a nivel óseo, donde podemos destacar los siguientes:
- Dolor agudo en la zona de afección.
- Hinchazón, ardor o enrojecimiento en la parte donde se encuentra la afección.
- Cuadros febriles o cuadros con escalofrío y erizamiento de la piel.
Cualquiera de estos síntomas por separados o varios de ellos en conjunto, pueden ser motivo de una infección en los huesos. Y para comprobar un cuadro infeccioso, se hace mediante un examen de sangre o mediante un estudio de rayos X.
Dentro de las posibilidades de atacar un cuadro infeccioso en los huesos no se puede descartar la posibilidad de una cirugía. Pero en algunos casos bastará solo con un tratamiento a base de antibióticos.
¿Cómo se relaciona la nutrición con los dolores de procedencia ósea y muscular?
Indudablemente que una buena nutrición a base de alimentos ricos en Calcio constituyen cierta garantía en una buena salud de los huesos. Es innegable que las personas que han tenido una alimentación sana y balanceada. Incluso desde su formación dentro del vientre materno, son personas que van a ser menos propensas a enfermedades en los huesos.
Aunado a una buena alimentación también se pueden considerar los buenos hábitos como la ejercitación. También la ingesta de suficiente agua y por supuesto de algunos complementos alimenticios ricos en vitaminas y minerales.
¿Puede el estrés causar dolores de procedencia ósea y muscular?
Claro que sí, el estrés es devastador en cuanto a los estragos que puede causar tanto en el cuerpo como en la mente de los seres humanos. Y no son precisamente los huesos los que van a estar exentos de esta influencia nefasta de dolores de procedencia ósea y muscular.
Cuando las personas se estresan, le bajan las defensas y esto ocasiona que cualquier parte del organismo se torne débil ante la exposición a cualquier tipo de infecciones o dolencias de procedencias varias.
Dicho lo cual una buena salud mental, que aleje el estrés, también es muy recomendable para ahuyentar los dolores de procedencia ósea.
¿Depende la salud muscular de los mismos factores que la salud ósea?
Esto es algo indiscutible. Los huesos y los músculos están íntimamente relacionados entre sí, al igual que sus ligamentos, tendones y articulaciones. Debemos recordar que los músculos, son por así decirlo la vestimenta de los huesos y que es imposible que una infección por ejemplo afecte a uno sin interesar al otro aparato.
De manera, que tanto el aparato óseo como el aparato muscular por denominarlos de alguna manera, no son ajenos uno al otro. Por el contrario, los buenos o malos hábitos alimenticios afectan directamente la salud tanto de los huesos como de los músculos provocando dolores de procedencia ósea y muscular.
De igual forma el hábito de beber al menos diez vasos de aguas por día y el hábito de hacer ejercicios. También tener una buena higiene postural, la ingesta de complementos alimenticios, nutrientes basados en minerales y vitaminas en tabletas. Al igual que una buena higiene mental y un sueño completo, profundo y reparador, intervienen directamente en la salud tanto ósea como muscular.
El cuerpo humano está conformado por 108 huesos, estos huesos cumplen cada uno una función específica y es necesario que se mantengan en buena forma. Los huesos están repartidos en el organismo de forma simétrica y contienen el 99 % del todo el Calcio que hay en existencia en el organismo. Lo mismo ocurre con el Fósforo que se encuentra en los huesos en una proporción de un 85 %.
No debemos olvidar que en el aparato óseo muscular están incluidos los ligamentos, los tendones y los cartílagos. Todos estos componentes junto con los músculos, se constituyen en el sostén de todo el cuerpo humano. Y es por esto que debemos ser considerados con su noble función y no sobrecargarlos. Otro tanto ocurre con los músculos que suman una cantidad de 650 en total. Por eso cuando hay dolores de procedencia ósea y muscular se deben tratar a tiempo.